Nada bueno sucede después de las dos de la mañana. Apenas faltan 20 minutos para las 2 de la mañana y no, este post no augura nada bueno.
Empecé este blog con ilusión, para mezclar dos de mis pasiones, la literatura y los juegos. Sin embargo cada vez juego menos y, digamos, he perdido gran parte de la ilusión que tenía cuando empecé.
Se ha hecho tan difícil proponer un juego al que me apetece jugar y que finalmente se juegue que he optado por la posición pasiva, esperar a que me propongan juegos, confiar en que sean los que más me apetecen y tirar para adelante. A veces sigo intentándolo, ya sabéis, lo de proponer juegos yo, pero tengo igual éxito que cuando pido que se me acompañe al cine, que cuando quiero que se apunten conmigo a una excursión, que cuando me gustaría que fueran conmigo a un viaje o a una boda.
Cada vez me resulta más difícil pedir, y es muy frustrante. No hay un grupo regular de juego en mi ciudad y el que teníamos se ha vuelto un grupo de trabajo. Con lo cual no tiene mucho sentido seguir escribiendo acá.
Seguiré jugando, pues me gusta jugar, seguiré leyendo lo que escribís y escuchando vuestros podcast. Tal vez un día me anime a escribir otro blog, sin los tintes oscuros de éste, sin tantas pérdidas. Hasta entonces, gracias a todos por vuestro tiempo, vuestro apoyo y vuestro cariño.